Uno de los mayores riesgos para nuestros menores del uso de las Nuevas Tecnologías de la Información, la Comunicación y el Ocio (NTICO) en la actualidad es el ciber-bullying. Se define ciber-bullying a cualquier acto de intimidación y acoso entre iguales que se realiza de forma intencional y en la que el perpetrador o perpetradores utilizan medios electrónicos, como internet o teléfono móvil. Este tipo de violencia psicológica a través de las nuevas tecnologías tiene su mayor prevalencia entre adolescentes de 12 a 17 años y consecuencias asociadas que dependerán de la gravedad del episodio, la vulnerabilidad del menor y el mantenimiento en el tiempo de la situación y que entre otras incluyen: miedo, depresión, ansiedad, estrés, baja autoestima, autolesiones, sentimientos de ira y frustración, indefensión, irritabilidad, trastornos del sueño, dificultades de concentración e ideación suicida en los casos más graves.